Totem y el autodescubrimiento de Loudwing Aldair (Reseña)

Debido al estallido socio-político en el 2018, dejé de escribir reseñas de los álbumes nicaragüenses. Entre el 2018 y 2019 la creación musical en Nicaragua mermó en cantidad, precisamente como consecuencia de la realidad que a todos nos atañe. Pero a partir de la segunda mitad del 2019, la producción se ha reactivado. Al menos de una manera más visible.

Descubrí la música de Loudwing Aldair hace unas semanas y es su trabajo la mejor oportunidad para retomar el diálogo sobre las nuevas creaciones musicales nicaragüenses.

Loudwing Aldair, de 21 años, compuso, produjo, mezcló y grabó en casa con sus propios equipos los EPs conceptuales Mirages y Totem, lanzados este 2020 en marzo y agosto, respectivamente. Dichos trabajos lo componen cinco temas 90% instrumentales en los que prevalece el escudriñamiento de nuevos elementos sonoros que se traducen en un fascinante proyecto musical atmosférico. Si bien, este último es el mejor logrado en fondo y forma, ambos trabajos se aventuran y excavan el sonido cosmopolita que se desliga de la tradición nicaragüense. Para bien, logran sumergirse en las aguas de la experimentación sensorial rica en texturas y colores de la incertidumbre, del misterio de la nostalgia; la arqueología de la belleza que sólo es alcanzada por el riesgo de la contemplación y búsqueda.

Desde «Sé parte», el tema introductorio de «Totem», hasta «Exit», Aldair nos lleva de la mano en un corto, pero brillante viaje cuyo destino parece estar claro; el encuentro entre dos universos de tradición y tiempo.

Tantas veces sí pasó.
Tantas voces y no hablamos.
Elementos que se acoplan;
estrellas al interior

¡Sé parte!

«Sé parte» es la invitación con la que Aldair nos seduce para viajar en la búsqueda de Totem, ese espacio en el que los elementos erigen un lugar donde finalmente experimentar la pertenencia.

Si bien, la música de Aldair está notablemente enriquecida, en gran medida, por ingredientes que no forman parte de la tradición vernácula nicaragüense, el compositor logra incorporar elementos autóctonos que logran un sólido balance. Los sintetizadores del ambient dub/industrial, el dream-pop, el artpop, son parte esencial de su creación, pero no por eso menos ensalzable. Y de pronto, «Ahí estábamos; a mitad del camino», justo en el núcleo del EP, nos regala el nirvana de la seductora convergencia de los dos mundos con una sorpresiva mezcla de espacio y tradición que nos conecta con el universo Totem, donde todo se renueva y nos revela que en realidad el destino Totem siempre fue el viajante. Ahí Aldair nos deja a su voluntad con una sonrisa de agradecimiento.

Loudwing Aldair es una fresca y fascinante revelación rebosante de ingenio y calidad que merece la más alta atención dentro de la escena musical nicaragüense.

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